Hace poco probé esos nuevos Bollycaos (si se les puede llamar así) que más que crema de cacao tiene un fluido tóxico con la textura de mocos recién sonados. Por tanto su parecido a la crema de cacao es como el de un huevo a una castaña.
Mucho etiquetado alimentario, mucho sin aceite de palma o bajo en azúcares añadidos pero no deja de ser una deconstrucción de nuestro amado Bollycao ochentero.
Así que dejamos una oda en recuerdo a nuestro difunto Bollycao de la infancia:
Oda al Bollycao original
Oh, Bollycao de mis recuerdos, pan tan esponjoso relleno de crema de cacao, era un placer para el paladar, un manjar para los zagales de aquella época.
Tu sabor era intenso, tu crema densa y con cuerpo, tus calorías eran muchas, pero nos daba igual, porque eras delicioso, con carreras y jolgorio la energía quemaba.
Eras el bocadillo perfecto, para el recreo o para una merienda, nos hacías felices, y nos acompañabas en nuestros juegos y pillerías.
Hoy en día, ya no eres lo que eras, te has convertido en una bollería insulsa, con una crema líquida y dulzona, que nos dejas un mal sabor de boca.
Se nota la falta de manteca, la falta de aceite de palma. ¿Dónde está ese pan esponjoso? ¿Dónde está esa crema densa? ¿Dónde están esas calorías?
Nos has decepcionado, Bollycao, ya no eres el mismo, ya no eres el bollo de nuestra infancia.
Ojalá pudieras volver a ser como antes, pero sé que eso es imposible, y por eso, te guardo en mi memoria, como un recuerdo de la felicidad de mi infancia.
¿Qué ha pasado con el Bollycao? ¿Por qué ha cambiado tanto? ¿Por qué ha perdido su sabor?
¿Es por la globalización? ¿Es por la presión de las empresas?
No lo sé, pero lo que sí sé es que el Bollycao de los 80 ya no existe.
Que descanses en paz, bollycao de mi infancia.